
Ni la lluvia pudo detener la energía que se vivió este martes en Gijón durante una nueva jornada del festival Metrópoli. A pesar del clima poco favorable, el público respondió con entusiasmo y se volcó en las actividades programadas, convirtiendo la tarde y noche en una auténtica fiesta.
El día comenzó con literatura de primer nivel: el escritor Juan Gómez-Jurado fue el encargado de abrir la jornada, compartiendo con sus lectores en una charla que congregó a numerosos seguidores de su obra.
A las 21:00, la música tomó el relevo en el escenario 2 con la actuación de El Duende Callejero. Su fusión de pop y rumba logró levantar el ánimo de los asistentes, que no dejaron que la lluvia empañara su disfrute. Su ritmo sureño sirvió de perfecto anticipo para lo que vendría después.
La gran cita de la noche llegó a las 22:30 en el escenario principal. Allí, los mexicanos Molotov protagonizaron un auténtico estallido de energía y nostalgia. Con un recinto a rebosar, la banda conectó desde el primer acorde con un público entregado, dispuesto a revivir los grandes temas que marcaron generaciones.
Abrieron con fuerza con “Pendejo”, “Amateur” y “Chinga tu madre”, desatando los coros de los asistentes. El concierto no solo recorrió sus grandes éxitos, sino que también rindió homenaje a leyendas del punk y rock latino con versiones de Misfits (“Me convertí en un marciano”) y Los Saicos (“Demolición”).
El punto culminante llegó con el icónico “Puto”, coreado por miles de voces que no paraban de saltar y vibrar al ritmo de la banda. El broche de oro fue “Rastaman-Dita”, donde incluso parte del público subió al escenario para compartir el final de una noche que ya es historia del festival.
Con este potente arranque, Metrópoli demuestra una vez más que, llueva o truene, sabe cómo convertir Gijón en el epicentro de la música y la cultura.