
Teatro. AMOR Y CRÍMENES DE JUAN PANTERA
Los héroes clásicos han ido a pasearse al Callejón del Gato: Don Juan, Don Juan Tenorio, Juanito Ventolera, Juan Panteraâ¿?
Las ‘farsas americanas’ de Blanco Amor entroncan con uno de los filones más prometedores de la dramaturgia de preguerra, cuyo desarrollo quedo truncado al producirse la diáspora de los intelectuales tras la derrota republicana en la guerra civil. Nos referimos al teatro para títeres que tuvo en dicho tiempo destacados cultivadores: Valle-Inclán, Garcia Lorca, Arconada, Alberti, etc.
El ‘teatro para títeres’ aparece como una de las vías de recuperación de las ‘señas de identidad’ por los jóvenes dramaturgos de la época. Enfrentados al teatro comercial al uso, encuentran en el ‘teatro para títeres’ una doble base: de un lado, el entroncamiento con el teatro clásico; de otro la búsqueda de un ‘teatro popular’, mediante la utilización de temas y formas tradicionales.
Estas ‘farsas para títeres’, concebidas en principio para ser representadas por muñecos, pueden representarse también por actores y actrices, pero teniendo siempre presente que actitudes, voces, gestos y ecos, todo, debe descoyuntarse, exagerarse hasta llegar a la absoluta vida esperpéntica del títere.
Comicidad y enfrentamiento al teatro comercial fue el motivo que llevo a Blanco a Amor, y a casi todos sus compañeros de generación, a escribir este tipo de ‘farsas’ y es también el motivo que nos empuja a nosotros representarlas, un siglo más tarde, como enfrentamiento claro al teatro comercial de nuestro tiempo.