
Un amplio dispositivo coordinado por el Cuerpo Nacional de Policía ha permitido la detención de 35 personas vinculadas a una organización criminal especializada en estafas digitales. La operación, en la que participaron unidades de Madrid, Cataluña y Gijón, pone fin a la actividad delictiva de esta red, que operaba desde las comunidades madrileña y catalana y que ha dejado más de cuarenta víctimas repartidas por todo el país.
El grupo, altamente organizado, utilizaba técnicas de phishing para acceder a cuentas bancarias de particulares. Las víctimas recibían un mensaje SMS en el que se les alertaba de una supuesta operación fraudulenta en su cuenta. El texto incluía un enlace a una página falsa que imitaba la interfaz de su banca online. Al ingresar sus credenciales, los afectados entregaban sin saberlo sus datos privados a los estafadores.
Tras obtener las claves, los delincuentes se ponían en contacto con las víctimas por teléfono, haciéndose pasar por personal de la entidad bancaria, y solicitaban los códigos de doble verificación enviados por SMS. Con esa información, completaban transferencias y vaciaban las cuentas.
La investigación comenzó a finales de 2023 tras detectarse varias denuncias con patrones similares. Con el paso de las semanas, se acumulaban casos en distintas provincias, incluida Gijón, donde varios vecinos reportaron haber sido víctimas del mismo fraude. El operativo permitió localizar y detener a los cabecillas de la red, además de varios colaboradores.
Durante los registros domiciliarios, los agentes incautaron dispositivos electrónicos, dinero en efectivo, artículos de lujo y un lector/clonador de bandas magnéticas, herramienta que podría haber sido utilizada para otras formas de fraude.
A los detenidos se les imputan delitos de pertenencia a organización criminal, estafa continuada y blanqueo de capitales.
Según los últimos datos del Ministerio del Interior, los delitos informáticos continúan en ascenso, y Gijón no es una excepción. Expertos en ciberseguridad destacan que el denominador común sigue siendo el engaño, aunque las formas evolucionen constantemente.
Entre los métodos detectados recientemente, se encuentran desde multas falsas con códigos QR colocadas en parabrisas, hasta la utilización de personas en situación vulnerable como «mulas» para facilitar transferencias o abrir cuentas, muchas veces sin saber que están cometiendo un delito.
Los cuerpos policiales advierten que este tipo de delitos no solo afectan a los usuarios económicamente, sino que también dificultan la investigación, ya que en muchas ocasiones los responsables operan desde el extranjero. Además, recuperar el dinero estafado es especialmente complicado, lo que refuerza la importancia de la prevención y la educación digital.
Las autoridades insisten en la necesidad de no facilitar nunca datos bancarios por canales no verificados, y recuerdan que ninguna entidad financiera solicita claves personales ni códigos de seguridad por teléfono o SMS.